martes, 1 de septiembre de 2015

Manejo de las capturas

Manejo de las capturas 
por Francisco Inciarte.

   La pesca se debe practicar con cierto conocimiento ecológico, ya que involucra la manipulación de animales silvestres y la afectación de ecosistemas complejos. Capturar un pez trae una serie de consecuencias en el biotopo, especialmente en la cadena trófica y en la carga biológica del mismo. Debemos asegurarnos de no dañar innecesariamente los ecosistemas y asegurar las capturas futuras, por medio de una pesca consciente. Por tal razón abogamos por la reinserción de los peces en sus hábitats, causándoles el menor daño posible, y posibilitando así la total recuperación de los individuos.
   Cuando los peces son destinados al consumo, debemos manipularlos de forma tal que no sufran más de lo que implica el sacrificio en si, tampoco debemos contaminar con sus desperdicios los espacios de pesca, ni la carne que vamos a consumir.
   A diferencia de lo que parece, el daño causado por un anzuelo en la boca de un pez es mínimo. Es como tener un arete en la boca o en el lóbulo de la oreja. La herida suele ser pequeña y sin mayores consecuencias para la recuperación total de los peces, no afecta la capacidad de alimentación, ni la salud general de los animales. Incluso un anzuelo clavado en otra parte del cuerpo (aletas, lomo o cola) tampoco causa un daño irreversible. El problema surge cuando el anzuelo se aferra a las agallas o es tragado hasta el estómago (esto se evita usando los aparejos adecuados), en ese caso, la capacidad de recuperación es mucho menor y por lo general el animal es destinado al consumo o como carnada.
   Entonces, destinemos las capturas para su reinserción o para consumirlo debemos hacer un buen manejo de los animales, a continuación damos algunas recomendaciones para velar por la salud del pez, del hábitat y la propia:

Manipular correctamente la captura:
Los peces tienen sobre su cuerpo una mucosa protectora, para evitar su perdida es preferible tocarlos lo menos posible y manipularlos con las manos mojadas o con guantes de lana o algodón húmedos. La mejor forma de manipularlos es
sujetándolos firme pero con suavidad entre la región baja del vientre y la cola o por detrás de la aleta dorsal, jamás se le puede tocar las agallas o los ojos y se debe evitar a toda costa que los peces se puedan golpear o caer. No se deben mantener colgados del anzuelo, pues podría causarles mayor daño por el peso y los movimientos. Se les debe sacar el anzuelo con firmeza y rapidez para evitar el desgarre de la boca.

Mantener el menor tiempo posible a los peces fuera del agua: La manipulación debe ser rápida para minimizar el estrés, el agotamiento o la hipoxia. Esto garantiza la inmediata recuperación. En lo posible se reintroducen los peces en el mismo lugar de las capturas, colocándolos suavemente en el agua. Si al reintroducir el pez, este no puede mantenerse derecho y esta muy debilitado, entonces procedemos a rehabilitarlo con movimientos suaves hacia adelante y hacia atrás hasta que reaccione y nade por si solo.

Usar las herramientas adecuadas: La malla, el bichero y el saca anzuelos son herramientas especializadas para la manipulación de los peces y para ayudar a retirarles los
anzuelos. Sino se cuenta con estas herramientas se puede usar unas pinzas aunque no es la mejor opción. Si se necesitan pesar, medir o fotografiar las capturas hay tener todas las herramientas y equipos a la mano.

Beneficiar al animal: Si los peces son destinados al consumo se recomienda sacrificarlos con un golpe seco de garrote en la cabeza. Así evitamos un sufrimiento innecesario. Es conveniente eviscerarlos, limpiarlos y refrigerarlos lo antes posible para retardar la descomposición del alimento. En lo posible evitar contaminar el cuerpo de agua con las vísceras o escamas de los animales. Se recomienda llevar suficiente agua fresca para la limpieza y hielo para la conservación. No es aconsejable limpiarlos con el agua del lugar por peligro a contaminar la carne y enfermarnos al consumirlo.
Básicamente debemos evitar que las capturas se agoten, que pierdan capa protectora, que sufran de hipoxia o que se maltraten en la manipulación, para garantizar una exitosa devolución a su ecosistema, ya que pueden morir después de la reinserción o quedar en franca desventaja frente a los otros individuos de su especie o depredadores naturales. De nuestra buena manipulación depende la salud de los peces, la conservación del ecosistema y el velar por la pesca futura, pues nadie mas cuidara el recurso pesquero por nosotros.

 ¡Nos vemos en la orilla!

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