martes, 16 de febrero de 2016

El exterminio no es deporte, practiquemos la pesca conciente.



Por: Francisco Inciarte.

Un club de pesca puede ser definido
Como una organización sin fines de lucro, la cual, entre sus principales estatutos esta la practica de la pesca como actividad competitiva o recreativa. Por lo tanto no incluye la pesca comercial ni de subsistencia. Por esto, es inadmisible la sobre-pesca, la cacería, la deforestación, la contaminación o cualquier otro tipo de impacto antrópico negativo en el entorno natural. El pescador deportivo entiende que los peces son el principal recurso del deporte que practica, y por ende, debe ser el primer protector de las poblaciones y cotos de pesca. Por esta razón los clubes de pesca deportiva incentivan la práctica de capturar y liberar los peces, y así causar un menor impacto en la pesca futura.

Desde esta lógica, emitimos una alerta ecológica para los clubes de pesca deportiva de Venezuela, ya que la practica de la sobre-pesca y otras irregularidades han llevado a un sensible deterioro de nuestros únicos y valiosos cotos de pesca. Lugares que no son más que la cancha en la que practicamos nuestro deporte. ¡¿Han visto a algún futbolista romper el balón, desmalezar el gramado o destruir las arquerías?! Entonces me pregunto: ¿Por que estos pescadores dañan el espacio natural, exterminan poblaciones enteras de peces y le dan cacería a animales que integran el ecosistema visitado? Estas practicas no tienen nada de deportiva, y quizás el titulo de “club deportivo” no sea el adecuado.

Son frecuentes las salidas de pesca organizadas por clubes deportivos que se han convertido en un verdadero ecocidio, tanto por la sobre-pesca como por practicar la deforestación, por dejar basura en el lugar, por derramar aceite en el agua y por la cacería furtiva de especies en peligro de extinción dentro de áreas protegidas. Todas estas irregularidades son delitos penados bajo las leyes ambientales vigentes en la Republica Bolivariana de Venezuela. Existe una raya muy clara entre ser un pescador deportivo consciente y un pescador irresponsable y delincuente. Una jornada que debería ser una celebración a la naturaleza de nuestra tierra, se puede convertir súbitamente en una calamidad ecológica en manos de personas que no debieron nunca tener el honor de sostener una caña de pescar en sus manos y que no deberían sentirse orgullosos de la batalla que cada pez (victima) le ha brindado. Estos pescadores irresponsables no son deportistas, son depredadores y delincuentes. A los pescadores deportivos le hacemos un llamado urgente: No empañemos la imagen de nuestro deporte, y no convirtamos nuestros clubes de pesca en una banda de delincuentes ambientales, vistamos con orgullo cada uniforme y representemos nuestras insignias en los torneos de pesca y no participando en estos infames ecocidios. Seamos parte de la solución  no del problema.


Exhortamos a los clubes de pesca de Venezuela a que se rijan por las leyes ambientales vigentes, a que sancionen severamente a los miembros que recurran en delitos ambientales y que denuncien dichas irregularidades ante las autoridades competentes, como lo son el viceministerio de ambiente, Inparques, fiscalia ambiental e Insopesca. Proponemos que se agregue el estatuto de expulsión definitiva al miembro que incurra en ecocidio. Cada quien es responsable de sus actos y carga con su conciencia a cuesta, el silencio y la omisión nos hace cómplices.


Actualmente, en este mundo globalizado e interconectado predomina un paradigma de constante cuestionamiento y revisión de la acción humana sobre el medio natural, de cuyo seno nace un discurso preocupado por la ecología, el impacto ambiental, la conservación, los cambios climáticos y la protección de la naturaleza. En este punto, tanto la cacería ilegal como la pesca irresponsable así como la tala indiscriminada no tienen cabida en la conciencia y sensibilidad de estos paradigmas ecológicos, ya que se deja de ver a la naturaleza como una simple proveedora y se entiende como una compleja estructura dinámica de la que formamos parte y tenemos responsabilidades respecto a su uso o interacción. No existe una fuente interminable de peces, cada decisión que tomamos conlleva a asumir una deuda con el equilibrio de los biotopos visitados y los pescadores deportivos debemos estar en consonancia con esta realidad.

No hagamos de nuestras salidas de pesca una verdadera calamidad. Tenemos la suerte de haber nacido en un paraíso para la practica de la pesca, desde la costa del mar Caribe hasta los ríos de la Orinoquia. No existe otra Venezuela ni otro lugar con mayor diversidad pesquera a nuestra disposición, si usted no ama la naturaleza que lo rodea, no respeta los peces que captura y no siente orgullo por su tierra, entonces no pesque. Basta ya, no toleremos mas ecocidios en nuestra presencia, pues en tiempos tan violentos lo que menos queremos es tener que ser testigos de como se violenta nuestra herencia natural. Amigos pescadores los invito a denunciar las anormalidades en las que se puedan estar incurriendo y ser ejemplos para las generaciones de nuevos pescadores.

Para terminar les dejo el vinculo de la traducción que hemos hecho del Código, “conoce el código" es una campaña internacional para crear conciencia entre los pescadores deportivos. Vale la pena echarle un vistazo. Nos vemos en la orilla.